Rabat

1h. 30 min. (Autopista A-1)

Ver distancias principales

Mínimo 6 h.

Zona turística poco frecuentada pero muy interesante. Buen clima todo el año. Para poder aprovechar el tiempo seguir el trazado sugerido en los planos.

Es la capital desde 1956, año de la independencia, y anteriormente del protectorado francés. Centro administrativo del país, no vive del turismo, aquí vive el Rey y es sede de embajadas y del parlamento.

UN POCO DE HISTORIA

Hace 2000 años era escala para navegantes fenicios, los romanos llamaron al asentamiento Sala. Tras la caída del Imperio en África fue un reinado bereber independiente. Con la llegada de los árabes abrazaron el Islam y construyeron un ribat o monasterio fortificado en el S. X, del que toma el nombre: Rabat. En el SXII se fundó Sale, al otro lado del estuario. En el S XII, tras la llegada de los almohades, la kasbah fue reconstruida sobre los cimientos del Ribat y la ciudad resurgió alrededor de ella. Alcanzó gran expansión con Yacoub Al Mansour . Con los moriscos expulsados de España renació. Más tarde las actividades de piratería de los allí instalados: mezcla de cristianos renegados, piratas, moros y aventureros acabaron con la llegada de Moulai Ismail. Con el dominio colonial, los franceses instalaron la capital en Rabat y le dieron su aspecto actual.

VISITA GUIADA

Comenzaremos por el monumento más emblemático de Rabat: La explanada de la mezquita y mausoleo de Mohammed V(A). A él podemos acceder por cualquiera de las dos entradas laterales. Más vistosa es la situada en el Bulevar Abi Radak. El sultán Al Manssur decidió construir la mezquita más grande del occidente musulmán, pero su muerte la dejó inacabada. Queda un cementerio de columnas que durante años fue saqueado por los habitantes de la alcazaba, el gran terremoto de 1775 acabó con el. Las losas blancas, sobre las que se alzan las columnas actualmente, son recientes. En la parte norte de la mezquita se alza el minarete: Torre Hassan, también inacabada, es el monumento más grandioso de Rabat de 40 m. decorada con grandes arcos polilobulados o lambrequinados, con todas las caras diferentes y coronados de una tracería de arquerías.

Mausoleo de Mohamed V. Uno de los pocos edificios religiosos que podemos visitar en Marruecos los no musulmanes. Alza su silueta blanca coronada de verde. Es una amplia cámara funeraria de paredes de mármol decorado, con una galería en la parte alta. Remata la sala una suntuosa cúpula de caoba y cedro revestida de pan de oro. El abuelo y el padre del actual rey están enterrados en este grandioso monumento. Desde allí nos podemos dirigir a una de las entradas de la Medina (Bab El Mellah) (B).

LA MEDINA

Lo más característico de esta Medina es que, en función de la calle por la que decidamos pasear, el ambiente es completamente distinto. Iniciamos el paseo recorriendo la calle Oukassa (que se prolonga con la calle de los Cónsules). Es una típica calle de medina con comercios dedicados a la venta de productos cotidianos. A la derecha, se encuentra el antiguo barrio del Mellah, ya abandonado por los judios, donde ahora lo habita gente pobre. Llegamos a un cruce de calles. Si continuamos de frente (opción recomendable cuando estamos escasos de tiempo) nos adentramos en la calle de los Cónsules y si tomamos la calle de la izquierda (Souk es-Sebat y calle Souika) atravesaremos toda la medina paralelos al muro de los Andalusies. Esta calle es estrecha, pero tiene mucha actividad, con puestos de comida y cafés. Finaliza en el Mercado central, de gran limpieza, con productos frescos y naturales del día. Mas amplia y con diferentes comercios es la c/Sidi Fatah. Antes de su finalización giramos a nuestra derecha y accedemos a una zona de la medina sin comercios, por tanto más tranquila, salpicada de innumerables edificios que, a tenor de sus espléndidos portales, nos hace pensar en la existencia de suntuosos palacios, algunos de ellos reconvertidos en restaurantes o riads. Salimos de la medina a la altura de la Kasbah de los Oudaias

KASBA DE LOS OUDAYAS

Es un barrio alzado, aislado del resto de la ciudad por murallas, tiene un gran encanto con sus callejuelas de fachadas encaladas y el marco azul de las puertas y ventanas de celosía árabe, actualmente es un barrio residencial sobre todo de funcionarios administrativos y de las embajadas.
Es un lugar tranquilo y pintoresco para pasear, no hay que hacer caso a quien diga “que la Kasbah está prohibida” y se puede ir sin guía. Accedemos al interior por la fabulosa puerta de los Oudayas(C) tallada en piedra roja, constituye una fortaleza que comprende tres salas que acogen exposiciones temporales. La entrada con un gran arco de herradura apuntado, rodeado de un arco decorado con tracería y festones, el resto de la superficie está decorado con un friso de palmetas y otros motivos complejos.

Entraremos a la Kasbha por la calle Jamaa, 200 m. más adelante, a la izquierda, está la mezquita más antigua de Rabat. En esta calle tenemos varias tiendas turísticas y alguna galería de arte. Al final de la calle está la plataforma del semáforo(D), desde la que tenemos una preciosa vista del estuario, la scala, la ciudad de Salé y el cementerio musulmán. En un antiguo polvorín se encuentra un taller de alfombras visitable. Hay que volver tras nuestros pasos y bajar por la calle Oulad Mataa y calle Bazzo, salpicadas de hermosas y singulares puertas de madera, que conduce al famoso café Maure(E) y al jardín de los oudayas (F). Estos jardines fueron diseñados por los franceses durante la época colonial, de estilo hispano morisco, contiene especies vegetales de lo más variado y lo recorren acequias. En lo alto del jardín, a los pies de una torre se eleva una antigua residencia perteneciente al Mulai Ismail, transformada después en madrazza y hoy en un museo de joyas.

Salimos de nuevo al Bulevar y antes de cruzarlo podemos acercarnos, si queremos comprar de manera tranquila y con precios fijos (alfombras, muebles y cerámica), a la Ensemble artisanal, en la Rampa de Sidi Maklouf (G). Y si no, atravesamos el Bulevar y nos adentramos, pero por el otro extremo, nuevamente en la Medina, en concreto por la C/de los Cónsules. Recibe este nombre por que aquí se concentraban los consulados europeos y las residencias burguesas, ocupada en este tramo por anticuarios y numerosos  y bien pertrechados comercios para turistas. Esta calle es, sin duda, el lugar ideal para hacer nuestras compras, sin aglomeraciones, ni agobios y con buenos productos para todos los gustos. De las fachadas de la izquierda parten pasajes que nos llevan a los funduq, lugares en los que se dan cita los artesanos de un gremio. Proseguimos rectos, continuando por la ya recorrida C/Oukassa y para salir a la Av. Hassan II por la puerta Bab-Al-Mellah. (B)

CIUDAD NUEVA

(Recomendamos, si se dispone de poco tiempo, realizar este recorrido en vehículo). Giramos a nuestra derecha, por el bulevar Hassan II, vamos paralelos a las defensas de la Medina, conocidas como el muro de los andalusíes. Esta muralla es de adobe rojizo y está en un excelente estado de conservación. Atravesamos la puerta Bab Al Had (H) y giramos a la izquierda por la avenida Ibn Tourmert, más adelante a la derecha, desde el comienzo de la avenida An Nasr podemos contemplar la fabulosa “puerta de los vientos” Bab-er-rouah, (I) la más importante de todas la puertas almohades fortificadas. Flanqueada por dos bastiones consta de un pasaje con bóveda de medio punto rodeada por dos arcos concéntricos. Cruzando la puerta por la avenida Mulay Hassan 500 m. llegamos a la calle Ifni, caminamos 150 m y en una pequeña calle (al-Brihi) que forma un semicírculo, en el nº 23, está el museo Arqueológico (J). En la entrada hay una cista de plomo decorada, procedente de Zilil, desgraciadamente el museo esta descuidado, pero es interesante visitarlo. Ofrece un fantástico relato de la historia antigua de Marruecos, con exposiciones de objetos de hasta hace trescientos cincuenta mil años. Hay que destacar la sala de los bronces con estatuillas y objetos romanos de Volúbilis, Lixus y Chella, no hay que perderse la cabeza de Juba II y el busto de Catón el joven, ambos de Volúbilis.

Proseguimos el recorrido paralelos a la muralla (queda a nuestra derecha) por la Av. Yacoub Al Mansour hasta atravesar la puerta. Tras la salida del recinto amurallado nos encontramos con la Necróplis de Chellah

Por último visitaremos Chellah (K). A finales del S XIII Sala, la primera ciudad musulmana, eran ruinas. Los sultanes meriníes construyeron una necrópolis en lo alto del emplazamiento romano rodeada de torres y murallas que aún perduran. Este conjunto de monumentos está compuesto por dos mezquitas, una madrasa, una biblioteca y capillas funerarias. Esta rodeada de una muralla rojiza, tiene una preciosa puerta de acceso, un camino atraviesa higueras, olivos y naranjos hasta una plataforma-mirador. Un camino atraviesa las ruinas de la entrada del arco del triunfo, pasando por el templo de Júpiter para llegar hasta el foro. Se distinguen los restos del complejo islámico con su minarete, cerca está la tumba de Abu al-Hassan, y cerca la pequeña madraza. Al salir del complejo de la mezquita, el camino pasa por las tumbas a la derecha, y a la izquierda por la poza de las anguilas, antiguas termas romanas utilizadas con posterioridad para realizar las abluciones.

Otras actividades

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